1)- Buena Hidratación: Prestar atención a una buena hidratación, especialmente en niños y ancianos, es primordial. Aunque este aporte de agua se puede obtener de alimentos como frutas y verduras, se recomienda que el 80 % de este aporte, provenga directamente de la ingesta de agua.
Recuerda que lo mejor para combatir la sed es beber agua y que no hay que esperar a tener esta sensación para consumirla.
2)- Alimentación Equilibrada: Como indica la Organización Mundial de la Salud, una dieta saludable ayuda a protegernos de enfermedades como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Existen multitud de consejos para comer de forma más saludable, pero aquí van algunos de los básicos:
-Controlar el consumo de sal: las autoridades sanitarias advierten de que la mayoría de la población consume demasiado sodio a través de la sal y ya ha lanzado diversas campañas para reducir su ingesta.
-Evitar la ingesta de alimentos procesados con alto contenido calórico: La ingesta calórica debe estar equilibrada con el gasto calórico.
-Realizar actividad física. Caminar, subir escaleras, realizar algunos estiramientos en casa te ayudarán a cuidar tu cuerpo.
-Aumentar el consumo de frutas y verduras. Sin olvidar las legumbres, los frutos secos y los cereales, preferiblemente integrales. De este modo podremos garantizar un correcto aporte de fibra a nuestro organismo mejorando nuestro tránsito intestinal.
3)- Respeta el descanso: En todo caso, para mantener un sueño de calidad, no olvides seguir algunas pautas básicas como:
-Establecer un horario regular para dormir.
-Evitar el consumo de bebidas estimulantes y de tabaco antes de dormir.
-Practicar ejercicio de forma regular, pero no antes de acostarse. Asimismo, no hacer un gran esfuerzo mental antes de echarse a dormir.
-Mantener una habitación bien ventilada y con escasa iluminación.
-Evitar las comidas copiosas antes de dormir. Opta por las cenas ligeras.
4)- Practica Deporte: Una dieta saludable no tendrá el mismo efecto si no tenemos un buen nivel de actividad física y un gasto de energía acorde con ella. Además de los esfuerzos físicos que realizamos diariamente, es recomendable introducir prácticas deportivas en adultos, al menos 150 minutos semanales si el ejercicio es aeróbico y de intensidad moderada o 75 minutos cada semana si se trata de una actividad más intensa.
5)- Cuida tu mente: El bienestar mental y psicológico es uno de los grandes olvidados cuando hablamos de hábitos saludables. Sin embargo, como ya apunta la cita latina “Mens sana in corpore sano”, el equilibrio es importante tanto en el cuerpo como en la mente. Tratar de evitar el estrés y alejarse de hábitos nocivos, es un buen comienzo para cuidar tu mente y alinearla con un cuerpo sano. Deportes como el yoga o el pilates, te pueden ayudar a establecer este equilibrio.
Fuente: Aldelis